martes, 31 de mayo de 2011

Vietnam: Hanói (1)

La ocasión la pintan calva. Después de que el terremoto de Japón cambiara mi ruta, me empeciné en aprovechar la ocasión única de viajar con Mika por el país de Vietnam.

Empecemos por algunos datos curiosos sobre este país:
  • Tiene una población de 90 millones y una tasa de alfabetización del 93%
  • Es el mayor productor mundial de tanto anacardos como pimienta negra (un tercio del porcentaje mundial) y el segundo de arroz (alrededor de 40 millones de toneladas al año, por detrás de Tailandia, no Japón ni China). También exporta mucho café (los vietnamitas son unos sibaritas en esto), té y caucho
  • En la Guerra de Vietnam se lanzaron sobre el país 15 millones de toneladas de bombas
  • El alfabeto del vietnamita (llamado quoc ngu) actual fue creado por el jesuita portugués Alexandre de Rhodes y sus colaboradores en el siglo XVII, si bien se empleó el chino o el chino vietnamizado (llamado chữ Nôm) en el pasado
  • Películas recomendadas sobre Vietnam: Apocalypse Now (1979), Cyclo (1995), El americano impasible (la versión de 2002 parece mejor) y El olor de la papaya verde (1993) e Indochina (1992)
Vietnam es un país fuertemente ligado a China, por lo menos en lo que a su pasado respecta. En el año 111 a. C., los emperadores Han de China se anexionaron la región del delta del río Rojo, que dio pie a un milenio de dominación china, con la consiguiente imposición del confucianismo como filosofía reinante. No fue hasta el año 938 cuando los vietnamitas, liderados por Ngo Quyen, fueron expulsados del país en la Batalla del río Bach Dang. Merece la pena mencionar la técnica que empleó Quyen, ya que el general Tran Hung Dao calcó la estrategia en la denominada Tercera batalla del río Bach Dang contra los mongoles tres siglos después: fingir la retirada y después contraatacar para empalar a los barcos enemigos contra unas estacas escondidas bajo el agua. Las trampas de los vietnamitas en la Segunda Guerra Mundial no les iban a la zaga. Así se explica la profusión de las calles de nombre Tran Hung Dao en Vietnam; por otra parte, en conmemoración de la victoria, toda calle paralela a un río recibe el nombre de Bach Dang. Lo comprobé personalmente en Hue y se cumplía la regla, pero me pregunto si siempre será así.

Los primeros europeos en llegar, al igual que con casi todo país asiático que yo recuerde ahora mismo, fueron los portugueses, en 1516. Los franceses no llegarían hasta el año 1847, cuando la marina francesa atracó en Danang en respuesta al encarcelamiento de misionarios católicos. El plan de invasión y conquista de los franceses fue demasiado improvisado y, en general, chapucero.

En 1941 el célebre Ho Chi Minh ('portador de la luz') fundó la Liga por la Independencia de Vietnam, más conocido como Viet Minh, y el resto es historia.

HANÓI


Thang Long ('ciudad del dragón volador') es el nombre antiguo de esta ciudad fundada en el año 1010. El año pasado se celebró su milenio de antigüedad con fiestas por todo lo alto.


Una de las primeras preguntas que me hice al llegar a Hanói fue: «¿Por qué la mayoría de los edificios son tan angostos?». Luego descubrí que la razón era de índole económica. Resulta que los edificios tienen que pagar por el ancho que ocupan en la acera, lo que da pie a la táctica de hacerlo lo más estrecho y alargado posible. Así era también nuestro hotel, cuya recepción y vestíbulo debía de tener 20 metros de largo y apenas cinco de ancho. Ahora bien, una vez pasado el mostrador de recepción, se ensanchaba para subir a las habitaciones. La fotografía de arriba no está tomada en Hanói, sino en Hue, porque en la capital resultaba más complicado fotografiar a un edificio de este tipo tan solitario y que se viese con tanta facilidad. Al tomarlo desde el tercer piso de un gran centro comercial, se ve mejor.


Nos instalamos en el hotel Asian Ruby, en el barrio antiguo de Hanói (que es donde están la mayoría de los hoteles). Nada más salir del hotel te encuentras con el enjambre constante de motocicletas, ciclotaxis, coches, bicicletas, ciclomotores y peatones, que no es poco. Todo ello aderezado con la estridencia de ese claxon incesante: el conductor avisa al piloto, el piloto advierte al ciclotaxi, el ciclotaxi (a falta de bocina) suelta un improperio contra el peatón y este, el último mono, se aguanta al no haber nadie en el siguiente escalafón. En el barrio antiguo de Hanói, un paso en falso es un craso error y cruzar la calle se puede convertir en una auténtica odisea. Antes de llegar recordaba el consejo de Nosequién, que había leído nosecuándo en nosedónde: «Para cruzar en Vietnam, debes mantener un paso firme y confiar en los conductores». No se deben subestimar los casi 20 millones de motocicletas que ruedan por las calles de Vietnam. La contaminación que produce tanto tráfico en tan poco espacio es considerable, y muchos motociclistas tratan de capearla con sus máscaras de tela.


Un 7 eleven genuino cual billete de 1 euro.

Debo confesar que el clima de la capital me sorprendió gratamente. Lejos del calor tropical constante del sur, en Hanói la temperatura rondaba los 17 ºC, y en algunos momentos llegaba incluso a hacer frío. Es un país con dos climas bien diferenciados, que podría compararse con el Cantábrico y el Mediterráneo de España, si no fuese porque en el sur de Vietnam el calor es constante, ya sea otoño o invierno. En todo caso, en Hanói la temperatura media nunca baja de 14 ºC.

El primer día en Hanói (que significa 'ciudad en un recodo del río') lo dedicamos a una rápida exploración improvisada. Cogimos el mapa y nos dirigimos al vasto lago de Hoan Kiem, cuyo nombre significa lago de la espada restituida.




Según cuenta la leyenda, a mediados del siglo XV, el cielo envió al emperador Le Thai To (anteriormente conocido como Le Loi) una espada mágica, que este empleó para expulsar a los chinos de Vietnam. Un día, después de la guerra, se topó con una enrome tortuga dorada que nadaba por el agua; la tortuga se agenció la espada y desapareció en las profundidades. Desde entonces, el lago tiene ese nombre porque se cree que la tortuga devolvió la espada a sus antiguos dueños.

La famosa tortuga y un cantamañanas al fondo

El desfase horario acumulado en el vuelo de Madrid a Singapur y el no haber dormido nada en el aeropuerto de Changi, aprovechando incluso su maravillosa infraestructura para trabajar hasta las 5:30, motivó mis constantes bostezos durante ese primer día. Fue después de comer cuando el ritmo de bostezos se incrementó de tal forma que apenas pasaba algún minuto entre cada boqueada. Tamaña frecuencia llega a hacerte pensar que padeces casmodia. La cuestión es que, por lo menos, padeces gilipollas, como bien demuestra la foto que me sacó Mika de un bostezo real. Su foto favorita del viaje. ¡Hay que joderse!


Tan grave era la cosa, aunque es posible que mis propias fotos me pareciesen soporíferas.

Este artículo se me ha hecho largo y también se me ha hecho tarde. De hecho, ya empiezo a bostezar. Seguiremos con Hanói en nuestra próxima entrada. ¡Hasta la vista!

jueves, 26 de mayo de 2011

Gastronomía coreana


A los ojos de un occidental, y sobre todo un lucense, la gastronomía coreana es exuberante y toda una fuente de nuevos sabores, que hace honor a su fama de picante por el empleo frecuente de especias.

Probablemente cualquier persona ajena que no haya tenido ningún contacto con esta gastronomía conocerá el dato más llamativo y, por tanto, cogerá la unidad por el todo para llegar a una conclusión de forma silogística:
  1. Los coreanos comen perro.
  2. Comer perro es algo asqueroso.
  3. La comida coreana da asquito (los más maliciosos podrían extraer el silogismo Los coreanos dan asco).
Supongo, astuto lector, que al leer el título de esta entrada habrás pensado inmediatamente que la cacerola de la foto superior contiene carne de perro. ¡Pues no! Ahora estarás pensando "Ya lo sabía, payaso. Puedo distinguir perfectamente esa carne asquerosa". En ese caso, estás equivocado, porque es efectivamente carne de perro. Ya he comentado en las entradas sobre Corea que no pude probar este plato porque tenía el estómago lleno cuando por fin encontré el restaurante. Sin embargo, en Vietnam (entrada en proceso de elaboración) pude probarlo al fin. Tampoco lo pude hacer cuando estuve en Hong Kong, ya que la venta de este tipo de carne está prohibida desde la década de los 50, so pena de multa o arresto. Por otra parte, durante los Juegos Olímpicos de Seúl o Pekín se prohibió temporalmente su disposición o la inclusión en los menús de los restaurantes, por eso de la mala fama que tiene en el extranjero. En coreano se refieren a la carne de perro como gaegogi (개고기). La mayoría de mis amigas coreanas no lo ha probado nunca. Si estas cosas no os revuelven el estómago, aquí tenéis un ejemplo de perrito asado un poco más repulsivo.

Sin embargo, yo me pregunto: ¿qué tiene de malo? ¿Por qué mostramos repulsión por la muerte de un perro y no tenemos piedad con esos lindos polluelos o esos conejitos tan adorables? Os invito a que veáis Nuestro pan de cada día para ver la forma en la que se sacrifican estos animales y se procesan sin que nosotros seamos tan conscientes como lo somos empero al pensar en un pobre can. Hay que puntualizar ciertas cosas, sobre todo el hecho de que estos perros se crían específicamente para eso, al igual que haríamos nosotros con las gallinas o los cerdos de una granja. En esta entrada sobre Corea se pueden ver dos ejemplos perfectamente diferenciados de perro doméstico y perro comestible.


El kimchi ya son palabras mayores. Este que vemos en la foto no es real, ya que está tomado del National Folk Museum de Seúl, en el que pude ver varios reportajes sobre esta col china tan representativa que se caracteriza por su sabor picante. Cada región de Corea tiene su especialidad, y hay muchas variedades. Al igual que el natto (semillas de soja fermentada) o el miso japonés, se trata de un alimento fermentado. En el caso del kimchi, se conserva en tinajas de barro, que pueden estar enterradas bajo tierra durante incluso 10 años (claro que los que no viven en el campo tienen que utilizar otros métodos, como un refrigerador). La variedad más común es el baechu kimchi, aunque todas parecen tener en común capacidades beneficiosas para el organismo. Según Wikipedia:

Se conoce ampliamente por los beneficios que puede dar a nuestra salud: levanta las defensas de nuestro cuerpo, es antioxidante y ayuda a eliminar el colesterol. Estimula el apetito y limpia los intestinos con su contenido en ácido láctico. Investigaciones recientes han establecido que el kimchi contiene una gran cantidad de vitamina C y carotenos, así como también proteínas, carbohidratos, calcio, y vitaminas A, B1 y B2.

Una amiga coreana me comentaba como prueba la nula repercusión del SARS en Corea, en los años 2002-2003. Y, por lo que parece, no fue un caso aislado. Según leo en Corea Hoy:

El día 29 de abril de 2005, el diario "The Wall Street Journal" informó que el kimchi, plato nacional coreano de vegetales fermentados, era altamente eficaz para prevenir la gripe aviaria, citando los resultados de un experimento científico.

En un experimento separado realizado recientemente por un profesor de microbiología de la Universidad Nacional de Seúl, 11 de 13 pollos atacados por la gripe aviaria se recuperaron totalmente después de habérseles inyectado bacteria extraída del kimchi. El profesor dijo que la bacteria conocida como leuconóstica, un tipo de bacteria láctica, previene la diseminación de gérmenes infecciosos al atacar los virus y fomentar el sistema de inmunidad.

Un pastel de arroz con sabor a calabaza. Una auténtica delicia con la que nos obsequió la madre de Crystal para comer durante la visita a Hwaseong.

He aquí una parrillada a la coreana.



El sikhye es otra bebida tradicional coreana. Este ejemplar en concreto lo preparó la madre de Crystal, aunque el bufé coreano en el que suelo comer a veces lo sirve más bien en forma de postre y con un color rojizo. Como se puede apreciar en la foto, se añaden granos de arroz cocidos.



He aquí la maravillosa cena preparada por la igualmente encantadora madre de Crystal. Pequeños aperitivos, sandía y sikhye para remojar el gaznate, la comida ligera ideal para un día de verano.


Los tres boles de arroz de los comensales están rodeados por numerosos ban-chan (반찬). Se asemeja a otras gastronomías orientales en el sentido de la ausencia de una sucesión de platos propiamente dicha y bien diferenciada: primer plato, segundo plato, etc. Son como pequeños satélites de "tapas" en torno a los platos, por así decirlo, principales.



En el centro tenemos el okonomiyaki coreano, llamado chijimi. Puede ser de ese color, parecido a una tortilla, o bien rojo y de sabor más picantillo. Este último se consigue añadiendo kimchi, aunque en ese caso he leído que se llama kimchijon (el pajon es parecido al chijimi, pero con muchas cebollas verdes). A su derecha se halla la salsa de soja, situada encima de una sopa de soja, que a su vez se encuentra a la derecha de esas tres corvinas. Lo que hay a la derecha de ellas es probablemente bulgogi, ternera marinada. Encima de esos tres pececillos se encuentra el deodeok, como se le llama en coreano a la raíz de la codonopsis lanceolata. Sobre ella se encuentra el kkae nnip: curiosamente se suele traducir como "hoja de sésamo" (así se encuentra en muchos libros de recetas coreanos), pero en realidad son hojas de la perilla, un género de plantas. A su derecha reposan los restos de una berenjena, debajo de la cual hay unas raíces picantes y rojas. El plato debajo de ellas contiene ternera con cebolla y sésamo, y en la parte del extremo inferior derecho hay... medusa.

Debajo del okomiyaki se encuentran los tallos de rábano (¡qué ricos!), a su izquierda cangrejo picante, a la izquierda de este tallos de ajo. Encima del cangrejillo había... ¡gelatina de bellota! Son los trozos marrones. Muy interesante. A su izquierda un simple pepino, a la derecha del pepino unos evidentes brotes de soja, encima de los cuales hay rábano de nuevo. Creo que los dos restantes son tallos por una parte y tiras de alga por otra.



Muchos pueden pensar que el licor tradicional de Corea por excelencia es el soju (imagen superior), lo cual es un craso error, dado que su historia se remonta a tan sólo 600 años. Tal honor corresponde al makgeolli (막걸리).


Esto es gopchang (곱창), una parrilladita de intestinos de buey, estómago y corazón, además de pasteles de arroz coreanos (los trozos verdes), llamados Tteok (떡).


El bibimbap ('arroz mezclado') es, probablemente junto al kimchi, uno de los platos estrella de la gastronomía coreana. En esta imagen se aprecian los ingredientes básicos: carne, verduras, arroz hervido, salsa gochujang y un huevecillo (solo la yema). Una vez, servido, todo es cuestión de revolver. En Japón también está rico (sin llegar al de Corea), pero lo curioso es que suelen ponerlo sin carne.



Es probable que me falle la memoria, pero lo siguiente se llama tteokbokki. Lo que está claro es que esa especie de macarrones son pasteles de arroz coreanos, que no se utilizan solo como postre, sino también en comidas. Me parece un plato delicioso y una sabia elección a la hora de presentar la comida coreana a los estómagos más delicados y conservadores. En Japón también solía comerlo en un restaurante coreano. Por desgracia, tenía un sabor mucho más dulce, lejos de la exquisitez del coreano. La regla se cumple también con la comida coreana: la que comas en el propio país poco tiene que ver con la que pruebes en el extranjero.



El makgeolli es el vino de arroz coreano, una aunténtica delicia cuyo mayor peligro estriba en que es tan fácil de beber que te pones piripi sin darte cuenta, a pesar de que su graduación es baja (6,5%). Tiene una tradición de milenios; en este sentido, se podría decir que el makgeolli es para los coreanos lo que la cerveza es para los alemanes o el sake para los japoneses. Este denso vino blanco de arroz tiene un aroma fresco y afrutado, que hizo que durante la Dinastía Goryeo (918~1392 d.C.) fuera considerado no solo como una bebida alcohólica, sino también como un refresco saciante, convirtiéndose en la bebida favorita de los granjeros, lo que le valió el sobrenombre de nongju (농주) o 'licor de granjeros'.

Pero lo que comenzó siendo el licor de la clase trabajadora se ha transformado en nuestros días en la bebida favorita de todo tipo de personas, traspasando incluso las fronteras de la nación y convirtiéndose en un éxito sin precedentes en los países vecinos, como Japón.

El makgeolli se elabora básicamente con arroz glutinoso, cebada, harina y trigo, cocidos al vapor y mezclados con levadura y agua. El líquido resultante se deja fermentar de forma natural y, dependiendo del tipo, recibe nombres diferentes, como tak-ju, en referencia a su color blanco mate. Actualmente en Corea hay más de 700 productores de makgeolli, cada uno con sabores diferentes.

Normalmente se toma acompañado de pequeños aperitivos, como el pajeon (파전), una especie de panqueque elaborado principalmente de huevo y harina, con cebolleta. Por cierto, este que nos sirvieron traía un bichito de regalo (puede que una pequeña cucaracha), por lo que no nos lo cobraron. El detalle fue que tampoco nos cobraron el makgeolli, por lo que salimos medio borrachos y sin haber gastado un duro. Además, el chico salió todo atento para hacernos la foto delante del local.



Por último tenemos el Jjimdak, pollo hervido aderezado con pimiento rojo picante, champiñones, zanahoria, y verduras varias, dangmyeon (fideos finos de almidón) y la salsa ganjang (salsa de soja) coreana.



Bueno, espero que esta entrada haya servido para daros a conocer una pequeñíiisima porción de los suculentos manjares que podréis catar si se os ocurre ir por Corea.

miércoles, 18 de mayo de 2011

¿Nihon o Nippon?

Como no he empezado aún la crónica de Vietnam, ahí va una divagación lingüística mientras tanto.

Llevaba bastante tiempo preguntándome qué factor es el que declina la balanza a la hora de decantarse por uno u otro término. Estoy hablando de nihon y nippon, las dos pronunciaciones en japonés de la misma palabra para referirse a Japón. ¿Existe alguna regla imponiendo el uso de una de ambas? ¿Y ahora que lo pienso, por qué se llama así?

La respuesta a la primera pregunta es no, aunque sí fue el caso en el pasado. En 1934 el entonces Ministerio de Cultura (su escueta denominación actual es Ministerio de Educación, Ciencia, Deportes y Cultura: eso sí que es ahorrar carteras) estableció nippon como pronunciación oficial. El nombre oficial de NHK, por ejemplo, es Nippon Hōsō Kyōkai. Sin embargo, hay un Nihonbashi en Tokio y un Nipponbashi en Osaka. Muchos japoneses desconocen la pronunciación de algunos de estos términos: probad a preguntarle a uno si el nombre de cierto barco se pronuncia Nihonmaru o Nipponmaru (日本丸). La respuesta es Nipponmaru.

Creo que esta es la razón por la que, por alguna razón, asocio Nippon a un sentimiento un tanto más chovinista o patriótico por parte del que lo utiliza. Si no recuerdo mal, creo que se utiliza más esta versión para animar al equipo nacional, por ejemplo. Por otra parte, el nombre oficial del país desde el inicio de la Restauración Meiji hasta el final de la Segunda Guerra Mundial (1868- 1945) era Dai Nippon Teikoku (大日本帝國), 'Gran Imperio de Japón'.

Esta idea parece verse reforzada por la época en la que se estipuló una única pronunciación. Estamos hablando de 1934, del Japón imperialista a cuyo yugo se sometían países como Corea. Quizá no resulte pues una coincidencia que en 1946 se dejara el tema en el aire, decidiendo que ambas pronunciaciones eran válidas. Lo cierto es que tanto la una como la otra estaban muy presentes en el uso.

Sin embargo, en 1970 se volvió a recomendar el uso de nippon, aunque tímidamente y sin sancionar el uso de nihon, algo para lo que me imagino ya era demasiado tarde. Las dos versiones estaban ya tan asentadas que, finalmente, en el año 2008 se decidió que no había ninguna necesidad de unificarlas.

Y ahora, la segunda pregunta: ¿de dónde viene ese nombre? Pues lo curioso es que hay muchas teorías, no solo una única y verdadera, pero al parecer se documenta la existencia del término en kanji (日本) ya en el año 701. Aquí hay una indudable influencia del chino, puesto que Japón carecía de sistema de escritura hasta que importaron los ideogramas (kanjis) de China en el siglo IV. Por eso dichos ideogramas tienen dos lecturas diferentes, una china y otra japonesa (la primera es la que les llegó y la segunda la adaptada a su sistema fonético, pero esto ya es otra historia). Y esta influencia se nota en la coincidencia de ideogramas entre japonés y Chino para las palabras China (中国, 'país central'), Pekín 北京 ('ciudad del norte') o el mismo Japón (日本). Si Japón hubiese plasmado en ideogramas la idea de China lo habría llamado quizá algo traducible a 'país del oeste' y a Pekín 'ciudad del oeste', ¿no?

Pues lo mismo pasa por Japón. Visto desde China (es decir, desde el oeste), Japón era aquel sitio por donde "salía el sol". De ahí que se llame a Japón el país del sol naciente. El sol nace en todos lados, no en Japón, pero solo los ideogramas del país nipón significan 'sol' y 'origen', respectivamente. Por otra parte, conviene aclarar que antes de que Japón entablase relaciones con China, era conocido como Yamato (大和). Sin embargo, estamos hablando de una época en la que Japón todavía no estaba unificado (por obra y gracia de Toyotomi Hideyoshi a finales del siglo XVI, pero esto también es otra historia). El Yamato de aquella época correspondería a la prefectura actual de Nara. Otra curiosidad sobre Yamato son sus ideogramas. En un principio se utilizaba el ideograma wa 倭, pero como este adquirió una connotación negativa, se pasó a usar otro wa (和), que hoy en día se utiliza en japonés con ese significado. Por ejemplo, washoku (和食) es 'comida japonesa', o 和室 es una 'habitación de estilo japonés' (con su tatami, etc.). La unión de wa con el kanji de grande (大) = Yamato.

¿Y por qué Japón o Japan? Esto parece deberse a una mezcla de las varias pronunciaciones que tenía el nombre del país en el pasado. Ya hemos hablado de dos de ellas, ambas de procedencia china. ¿Cuáles son las otras?

Cipangu: transliteración del chino por parte de Marco Polo.
Jepang: malayo antiguo.
Nifon: variación de Nihon, debido a la evolución fonética del idioma japonés (en este caso un fonema fricativo labiodental que pasa a fricativo glotal).

La última es, quizás, la más importante: Jippon (じっぽん).

Los portugueses fueron los primeros europeos en llegar al país nipón y los pioneros en el intercambio comercial. Si bien arribaron en 1549, se cree que ya habían exportado unos años antes, cuando desembarcaron en la ciudad de Malaca y la transliteraron del idioma malayo (1511). Se registró por primera vez en inglés como Giapan, y el resto es historia.

Es muy curioso este tema sobre los nombres de los países. Como dato curioso, ¿sabríais decirme si existen dos países con el mismo nombre y, en ese caso, cuáles son?

He aquí la respuesta (arrástrese el ratón por encima como si se estuviese seleccionando el texto para leer con más comodidad).


Nigeria y Níger. Ambos países deben su nombre al río Níger. Sin embargo, el primero de ellos fue una colonia británica, mientras que el último pertenecía a Francia. La lengua de los colonizadores marca la diferencia en el nombre, cuyo origen y esencia es el mismo.



Nota: unos días después de escribir el artículo encontré otro del gran Tatenori, un español residente en Japón y profundo conocedor de tanto la lengua como la cultura japonesas. Lógicamente recomiendo su lectura mucho más encarecidamente que la de esta humilde entrada, ya que siempre es mejor leer la opinión de los expertos, que meten menos la pata que yo (o incluso no la meten, claro). La información en la que me baso yo procede en su mayoría de una edición del programa Manaberu nyuusu (学べるニュース), del genial Akira Ikegami.