martes, 22 de mayo de 2012

Feliz día de la madre atrasado

Dice el refrán que más vale tarde que nunca. Pues hémoslo puesto en práctica ayer los hijos de Pilar, para desearle a esta madre sin parangón un feliz día de la ídem atrasado, ahora que estoy por mi tierra.

Haciendo entrega del ramo de floripundias a la grácil agraciada que, permaciendo fiel a su estilo, no pudo evitar cerrar ambos ojos por la dicha y la emoción de tamaño acontecimiento. Es broma, en realidad nuestra madre se quedó ciega al ver la última película de Almodóvar.



miércoles, 16 de mayo de 2012

Gyeongju, el museo al aire libre

 
 El prado que rodea el templo de Hwangnyongsa parece ser muy popular como centro de reunión para los aficionados a las cometas.


 Si hay una ciudad de Corea que se deba visitar por el legado histórico que presenta y conserva, la elección siempre sería la misma: Gyeongju. Y es que esta ciudad es historia viva de Corea y una puerta a su pasado como capital del reino de Silla ( (57 a.C.-935 d.C.): tanto es así que la localidad entera ha sido designada Patrimonio Mundial de la UNESCO. Por lo tanto, es un sitio que no podía faltar en toda visita a Corea que se precie.

Cogí un tren tempranero desde Busán para llegar con tiempo suficiente para ver lo más sobresaliente en un día. Cierto es que Gyeongju es una especie de Kioto pequeño en el que podrías pasar unos cuantos días haciendo turismo, porque algunos templos como el Golgulsa y la aldea de Yangdong (esta última también Patrimonio de la UNESCO, junto con Hahoe) están más alejados (a unos 20 km) y necesitas reservar un día para ellos, o bien renunciar a dar un agradable paseo en bicicleta por toda la ciudad.
 



Decidí cubrir primero Bulguksa y Seokguram en bus, para luego alquilar una bici el resto del día. Me parece la forma idónea de moverse por Gyeongju, porque a pie las distancias se hacen algo largas, aunque los lugares estén próximos. Además, a mí me apasiona andar en bicicleta por lugares desconocidos.



Lo malo del primer templo fue las numerosas hordas de pequeños orcos que me esperaban allí. Parece ser que, como Nikko en Japón, Bulguksa suele ser un centro de peregrinación de muchas excursiones escolares. El griterío y el bullicio que reinaba nada más atravesar la puerta de entrada resultaba casi ensordecedor. Yo no soy en absoluto religioso, pero siempre me gusta percibir y disfrutar de esa sensación de calma imperturbable y sosiego omnipresente que inunda los templos, el sonido de los mantras invariables y átonos, el tañido esporádico de la campana o el redoble de tambor que anuncia el alba y la caída de la noche.

Pues no, en este templo concreto hallar tu remanso de paz particular se antojaba imposible, así que lo visité con una cierta desgana, con los niños corriendo por todos los lados, ensordeciendo los cánticos budistas. He aquí alguna información sobre el templo, sacada del práctico sitio web oficial sobre turismo de Corea:

El templo Bulguksa (불국사) fue construido como representación del "mundo ideal de Buda". Es una de las reliquias de la Dinastía Silla (57 a.C.-935 d.C.) más queridas del país, porque personifica el misticismo y la belleza del budismo, la columna vertebral espiritual y cultural de Silla. El templo Bulguksa fue el pináculo de la arquitectura y del arte en el siglo VIII y, junto con la gruta Seokguram, fue designado como Patrimonio Cultural Mundial de la Unesco en 1995.

A diferencia de la mayoría de los otros templos de Corea, Bulguksa se asienta en lo alto de una estructura de piedra que se extiende un centenar de metros a lo largo. El área bajo la plataforma de piedra representa el mundo temporal, mientras que el espacio en y sobre ella significa el mundo de Buda, con escaleras de piedra que conectan ambos. El templo es el hogar de varios tesoros nacionales, los más representativos de los cuales son las pagodas Dabotap y Seokgatap enfrente de la Sala Daeungjeon. Ambas pagodas están hechas de piedra y ejemplifican la extraordinaria artesanía del período Silla.

Al salir del templo, tuve la mala suerte de que el bus había pasado y el siguiente tardaría una hora en llegar (según parece, pasaba a las x:40), así que, para no estar esperando una hora como un idiota, cogí un taxi para dirigirme a la gruta Seokguram. Después de un agradable paseo por las montañas, llegué al pequeño templo en donde se aloja este Buda famoso. La verdad es que es bastante único, pero seguro que decepciona a muchos, porque al escuchar la palabra gruta, uno se imagina una cueva en donde adentrarse y llegar hasta la estatua en cuestión. Pues no, la estatua se puede ver desde el sitio que veis en la foto, pero está tapado con cristal, así que tienes que verlo a unos metros de distancia. Esto permite una mejor conservación y, en realidad, tampoco es que haga falta entrar para ir a toquetear el Buda. No se pueden sacar fotos dentro, pero en la página de antes y en muchos otros sitios web las podréis encontrar. Esta es la información sobre el Buda.

La gruta Seokguram (석굴암) está situada a 8 kilómetros tras pasar el templo Bulguksa, a lo largo de la cadena montañosa de la montaña Tohamsan (745 metros sobre el nivel del mar) cerca de la cumbre de la montaña. Construida para parecer una gruta, la construcción fue esculpida en la piedra de la ladera de la montaña y luego cubierta con tierra. El eje del santuario de granito es una estatua de Buda sentado, llamada Bonjonbulsang, que está considerada como una de las mayores obras maestras de la última parte de Silla (Silla unificado) en el siglo VIII. Esculpida delicadamente, para parecer como si el áspero granito fuera entretejido en seda, el Buda Seokgamoni tiene la expresión serena de la meditación en el momento de la iluminación. La manufactura de la expresión facial de Buda y la postura son tan realistas, elegantes y vivas que es simplemente impresionante. El Buda tiene vistas al mar del Este y los coreanos se refieren a la sonrisa de la estatua, bañada por la luz de la mañana, como "la sonrisa del pueblo de Silla". A pesar de todos los avances tecnológicos de los tiempos modernos, la arquitectura, ciencia, geometría y arte que se invirtieron en realizar la gruta Seokguram hace 1.200 años, la convierten en una construcción sin igual en su excelencia.



Regresé a Gyeongju en bus y decidí alquilar una bicicleta para proseguir mi recorrido por los demás sitios de interés repartidos por la ciudad que denominan museo al aire libre / museo sin techo, por la apabullante cantidad de joyas históricas que contiene. La wikitravel me había avisado de que probablemente me pedirían 10 000 wones por el alquiler de un día, por lo que me informé en la oficina de turismo sobre cuál era el precio real. La respuesta: 6800.

Así que me dirigí a la señora y le dije que cuánto costaba alquilar la bicicleta un día y, dicho y hecho, al ver mi careto (me imagino que es un honor reservado a los extranjeros) me soltó "son die mil", como en el anuncio. Pero yo le dije que "de eso nada, monada, y le mostré el número 6800 que había escrito en una hoja, avisado del posible timo. Son solo dos euros de diferencia, pero más que nada es el acto de timar el que me fastidia, algo que, por cierto, se produjo solo en este caso durante todo el viaje por Corea (bueno, además de los taxistas de Jeju sin taxímetro). Me dijo entonces que lo dejaba en 7000 y, francamente, no me iba a poner a discutir por 200 birriosos wones, quicir: no me salía de los cowones (tenía que escribirlo, lo siento).

He aquí algunos de los sitios visitados:

El observatorio Cheongseongdae ('torre que mira a las estrellas'), el más antiguo de Asia Oriental y una de las instalaciones científicas más antiguas de la Tierra (siglo VII).



Las ruinas del templo Hwangnyongsa (siglo VI). Albergaba una pagoda de 9 pisos, la más alta de Corea (en algún lado leo que también de Oriente). Su construcción supuso 93 años de trabajo hasta su compleción en el año 646. Lamentablemente fue reducida a cenizas por los mongoles en la invasión de 1238. No sería muy difícil, ya que estaba hecha de madera.

Cuando uno viaja por Corea y visita lugares de importancia histórica, se da cuenta de la lamentable, despiadada e ignorante estela de destrucción que tanto mongoles como japoneses dejaron a su paso. Me atrevería a decir que, si visitas algún lugar de importancia histórica en Corea, es probable que sea una reconstrucción del original, destruido por cualquiera de estos dos salvajes imperios (en especial los mongoles, por su atrocidad sin límites y falta de cultura).


Uno de los sitios que más me gustó fue el estanque de Anapji. Este es el nombre popular, que el pueblo le acabó poniendo a tenor de la gran cantidad de ocas/gansos (an) y patos (ap) que frecuentaban el lugar. El nombre original era Wolji. He aquí la información oficial:

Según el libro histórico Samguk-saji, durante el 14.º año del reinado de Munmu (d.C 661~681) en el período de Silla (57d.C ~ 935d.C), se construyeron pequeñas montañas y un enorme estanque dentro del palacio. Además, se plantaron hermosas flores y se introdujeron animales exóticos para crear un encantador ambiente de jardín. El estanque Anapji se encuentra en Wolseung (una fortaleza construida en 101 d.C en el período de Silla). Según una exvación realizada en 1974, las formas esféricas (200 metros de diámetro y 180 metros de alto) indican que había 3 islas dentro del estanque. Gracias a la continua restauración, acutalmente, se puede ver el estanque Anapji en su original esplendor.

Fue aquí donde me encontré con muchos niños que, asombrados ante la presencia poco frecuente de un occidental, me saludaron uno tras otro con un "helloooo!". Bueno, todos menos uno, que fue más allá y me dedicó un: "Hello, Steven Jobs!". ¿Hasta dónde ha llegado la influencia de Apple? Supongo que mi aura de genio provocó su confusión, porque espero no parecerme físicamente. En ese caso, espero que tu iPhone expire en pocos días, infusorio. Pero bueno, eso no tengo ni que desearlo, todo iPhone la espicha más temprano que tarde.



Siguiente visita, el templo Bunhwangsa:

Construido durante en el año 634, durante el tercer año de reinado de la Reina Seondeok, 27ª monarca de la Dinastía Silla. Los prominentes monjes budistas Wonhyo y Jajang residieron en este templo.

Al tener una larga historia, este templo albergaba muchas reliquias históricas, pero la mayoría se han perdido debido a las invasiones mongolas y japonesas. Se conservan la Torre de Piedra Mojeon, Hwajaengguksabibu (piedra memorial de Wonhyo, renombrado monje budista de la Dinastía Silla), Samnyongbyeoneojeong (manantial en el que según una leyenda residían los tres dragones que protegían el Reino de Silla), y los pilares Danggan.

La Torre de Piedra Mojeon, registrada como Tesoro Nacional número 30, alcanza una altura de 9.3 metros, y fue construida usando bloques de andesita. Aunque se piensa que la torre tenía 7 o 9 niveles, hoy en día se conservan tan solo 3. Los pilares Danggan, dos pilares de piedra de 3.6 metros de altura, están situados en la entrada del templo. Danggan se refiere a los mástiles hechos de madera, metal o piedra, que se usaban para colgar las banderas que indicaban los festivales budistas para que se enterasen incluso las personas que vivían lejos. Los pilares están soportados por tortugas de piedra, una característica poco común. También hay estatuas de Buda que se exponen en el Museo Nacional de Gyeongju, y que fueron encontradas en un pozo situado 30 metros al norte del muro posterior del Templo Bunhwangsa.

No quería detenerme a comer, porque el tiempo apremiaba ligeramente y quería disfrutar con tranquilidad de cada uno de los sitios. En realidad podía devolver la bicicleta a las 19 incluso, pero quería volver antes para cenar con tranquilidad y acostarme relativamente pronto, ya que al día siguiente tenía que madrugar. Lo que comí fue la especialidad de Gyeongju, un "pan tradicional" con un parecido realmente asombroso a un dorayaki.



Estoy seguro de que a Doraemon le habría encantado. 


La siguiente visita fue uno de los lugares que más me gustó. La música agradable y de tenue volumen que sonaba por los altavoces contribuyó a este deleite de paseo alrededor de los túmulos que constituyen las tumbas de antiguos reyes del reino de Silla. El recinto en sí se llama parque de los túmulos Daereungwon (Cheonmachong).

 
 De los grupos de túmulos (túmulos funerarios) esparcidos por todo Gyeongju, Daereungwon (대릉원) es el mayor, con unos impresionantes 23 túmulos funerarios del reino de Silla. El área ha sido ajardinada en un hermoso parque, permitiendo a los visitantes la oportunidad de disfrutar de la plena Naturaleza y de sumergirse en la historia de la era de 1.000 años de antigüedad. El único túmulo funerario que ha sido identificado, hasta el momento, es la tumba “Michuwangneung” del rey Michu, el decimotercer gobernante del estado coreano de Silla (262-284 a.C.). El túmulo funerario más famoso es el llamado “Cheonmachong” (천마총), porque da a los visitantes la oportunidad de echar una ojeada en el interior de la tumba. El nombre de la tumba proviene de la pintura Cheonmado (Pintura de un Caballo Celestial) que fue encontrada dentro de la tumba durante la obra de excavación realizada en 1973. La corona de oro encontrada en el interior del túmulo es conocida como la mayor y la más magnífica de todas las coronas de oro encontradas hasta la fecha, y es reconocida generalmente como un símbolo del reino de Silla. Una visita a “Cheonmachong” muestra tanto la construcción de las tumbas como qué clase de artículos fueron enterrados allí.

Hay otros sitios de interés, pero estos son los que quería resaltar. Una vez acabado este recorrido, devolví la bici y cogí el tren de vuelta a Busán. Como tenía la suerte de encontrame por la zona de Haeundae, aproveché para ir a un restaurante de fugu con más de 40 años de tradición (frecuentado por locales) y degustar por primera vez este pez ultravenenoso que, de no prepararlo bien, puede ser muy peligroso. Es el pez que aparece en un capítulo de los Simpson. La guía me decía que este tipo de restaurantes solía ser fácilmente reconocible por la figura del pez en el cartel, pero lo cierto es que el cartel estaba en la entrada del restaurante, no fuera, así que no fue tan fácil.


Una vez dentro del restaurante, pedí el fugu con fideos que tenía un aspecto bastante picante. Me gustan las comidas picantes, pero la coreana que me atendió me avisó de que era muy "spicy, spicy". Yo quería pedirlo de todas formas, pero ella insistía y quería explicarlo mejor. En esto dijo "nihongo..." y le salté rápidamente en japonés. Aliviada, me dijo básicamente lo mismo y entonces le pregunté qué me recomendaba. Me dijo que la sopa era lo mejor, y... ¿quién soy yo para llevarle la contraria? Al final le pedí la sopa y le pedí también que me explicase cómo comerla, porque te ponen tantos platos que a veces te pierdes. Me dijo que básicamente había que rebozar el fugu en la salsa roja (me imagino que sería gochujang), porque los platos acompañantes son eso, acompañantes (y puedes repetir lo que te apetezca, añadió).




No es un plato barato, pero me alegro de haberlo comido en Corea, porque los 12 euros (18 000 wones) euros se transformarían en un buen puñado de yenes en Japón. Por supuesto, dentro del mismo restaurante había otras variedades más caras, pero la sopa parecía el plato estándar. Y la verdad es que sales del restaurante lleno como una vaca. ¡Un buen día!

sábado, 12 de mayo de 2012

Busán: hostal, dulce hostal

Ya hacía tiempo que no escribía sobre viajes y tengo muchos pendientes, pero voy a empezar por los más recientes.

Ahora mismo me encuentro de nuevo en Seúl, en el hostal, a punto de salir para dar un paseo y tomar un delicioso bibimbap en un restaurante que figura en wikitravel. Llegué a Busan el día 9 y esto es lo que vi al día siguiente.


En primer lugar, la elección del hostal demostró ser muy acertada. No sé si es por la época del año (aunque a mí me parece de las mejores para viajar porque la temperatura es ideal), pero la cuestión es que cuando llegué al hostal, Emily, la joven coreana que lo regenta, me recibió, me dio todo tipo de indicaciones prácticamente con solo insinuar a dónde quería ir (imprimiendo horarios de trenes a Gyeongju, por ejemplo), y me dejó solo en el hostal, emplazándome para el desayuno del día siguiente. Después aparecerían dos coreanas, pero lo cierto es que durante una hora o más me sentí como si tuviera mi propia casa en este piso tan moderno y dotado de tecnología en una planta 47 de un rascacielos en una zona de Busán que, a la postre, acabaría estando situada en el sitio que ni pintado para mis propósitos.


Las vistas desde el hostal eran impresionantes. En realidad no tenía la impresión de estar en un hostal, sino en la casa de un amigo coreano bastante privilegiado. 


Después de un sueño reparador y un desayuno escaso pero eficiente, partí hacia mi primer objetivo turístico: el templo Haedong Yongkung (como siempre pasa con los nombres coreanos, se pueden encontrar varias transcripciones, como Haedong Yonggungsa: la que he escrito es la que ponía en el templo). Y me llevé mi primera sorpresa durante el corto camino a la parada, al enterarme de que los mayores grandes almacenes del mundo se encuentran precisamente en esta ciudad, algo que el Libro Guiness de los Récords puede atestiguar.


Fue un fallo no contar con el dinero exacto para pagar al conductor, porque lo hice con un billete de 5000, cuando el billete solo costaba 1800. Al ver que el conductor no reaccionaba, metí el billete en la caja donde se deposita el dinero, muy parecida al sistema japonés (que sin embargo te permite cambiar el dinero fácilmente para pagar) y me quedé con cara de capullo, pensando que me iba a quedar sin las vueltas. El conductor arrancó y yo me senté resignado, pero por dentro pensaba: "Bueno, esto es Corea, que no [insertar nombre de país tercermundista o poco serio], seguro que al final se aclara el entuerto". Al cabo de unos minutos establecí contacto visual con el conductor, que me miraba de vez en cuando, y me dijo "wait, wait". Yo me preguntaba: "Wait, wait porque me va a enseñar dónde bajar, o porque me va a dar las vueltas...". La cuestión es que todo el mundo que subía pagaba con tarjeta, pero el que lo hacía con dinero se lo entregaba a él directamente. Al final, cuando hubo acumulado los billetes suficientes, me hizo un gesto y me dio las vueltas, para mi alivio (más que por el dinero, fastidia sentirse estafado por ser extranjero). Por si fuera poco, también me avisó de cuándo llegaba la parada concreta. Lo saludé al salir y me dirigí al templo.


Hay dos templos principales en Busán, pero el es mi favorito, por la zona donde está enclavado: ¡en plena roca! Lo fundó un monje llamado Naong en el año 1376, pero, como tantas otras obras históricas coreanas, fue reducida a cenizas por los japoneses en 1592. Es una delicia escuchar el embate de las olas contra la roca, la brisa homónima que te envuelve y los cánticos budistas del templo, acompasados y graves, que inundan este remanso de sosegada espiritualidad. Me habría quedado allí un poco más incluso, completamente en Babia, mirando al horizonte marino, pero había un bus de vuelta que coger y otra combinación de metro y bus que emplear para el siguiente templo. Cuando salí, me encontré con una excursión del INSERSO coreano en pleno. Lo cierto es que suele haber dos tipos de grupos de turistas: escolares de excursión o INSERSO japonés o coreano de viaje.


La siguiente parada es el templo Beomeosa, mucho más antiguo (678) y sin duda de mayor importancia, pero menos inspirador, por lo que a mi gusto respecta. Si Yongkeung estaba emplazado casi en el mar, este se encuentra ubicado en plena montaña. Lo mejor es que se ofrece una guía en forma de una especie de PDA interactiva que llevar colgada. Entre las cosas que recuerdo están los cuatro guardianes, uno para cada punto cardinal, que guardan una de las puertas principales. 

 

Como la información sobre el templo se puede encontrar en el útil portal oficial de turismo de Corea (visitkorea.com), está de más explayarse aquí. La Wikitravel pone que la entrada cuesta 1000 won, pero en realidad es gratuita.


Después de este templo quedaba tiempo para un par de cosas más: la zona "restaurada" de los 40 pasos (40 steps), las vistas desde la Busan Tower del parque Yongdusan y el espectáculo "Aquatique Show" del centro comercial Lotte. 

 

La Wikitravel resultó ser bastante útil para aprovechar un día en Busán, que rematé siguiendo una de las recomendaciones gastronómicas: comiendo daegu tang (대구탕), una sopa de bacalao con los sempiternos acompañantes de la gastronomía coreana.