Antes de aprovechar estos momentos de asueto para tratar de retomar el género de las crónicas de viajes, he aquí una composición cutre y lamentable, sin ton ni son, finalidad ni motivación.
Dicen que, si te acosa la duda,
elegir debes a la más tetuda.
Aunque mejor adquiere cultura
sumergiéndote en la literatura.
Igual te da por leer a Quevedo,
lo cual me importaría un bledo.
Pero si prefieres leer a Cernuda,
a mí, francamente, me la suda.
Que no te venza la congoja,
aunque a mí me la traiga floja.
Pero si prefieres ahuecar el ala,
a mí, francamente, me resbala.
Si ves que tu ánimo se desinfla,
no acudas a mí: ¡me la reflanflinfla!
Pensarás que con mi actitud te desairo,
¡a mí plim, porque me la trae al pairo!
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