martes, 11 de septiembre de 2012

テルマエ・ルクスエ (Thermae Lucus Augusti)


 Ahora que estoy leyendo el cómic de moda en Japón (Termas romanas), sobre un arquitecto romano que viaja en el tiempo al meterse en el agua para aparecer en varios sitios de Japón y aplicar la tecnología que ve en el país nipón en el propio imperio romano, es un buen momento para recordar que a nosotros, los lucenses, esto de las termas nos viene de lejos. En los textos posteriores a cada capítulo, la autora aporta información sobre termas antiguas y otro tipo de información sobre los aspectos de la vida cotidiana en los tiempos del imperio romano. Me quedaría de piedra si hubiese llegado tan lejos en sus investigaciones, pero Lugo bien merece una visita en ese aspecto. ¿Por qué?



Hace pocas semanas mi hermana y yo decidimos por fin aprovechar un hueco libre y perfectamente rellenable con una visita a las termas romanas de Lugo. Recuerdo, por alguna extraña razón haberlas visto en una foto de un periódico con una más que pobre iluminación, por lo que sospechaba que se limitaría a ser un pequeño recoveco en la planta baja del balneario de Lugo. La verdad es que, todo hay que decirlo, era una vergüenza ser de Lugo y no haber pasado nunca por aquí, pero ahora que veo cómo están, la considero una visita obligada.



 La verdad es que nos llevamos una buena sorpresa, porque estaban mejor iluminadas de lo que pensábamos, eran más grandes de lo que nos imaginábamos y, además, se podía caminar por ellas sobre una plataforma de madera. Estas salas que se ven aquí corresponden al vestuario (apodyterium) de los baños públicos de la época romana de nuestra (bi)milenaria ciudad. En estas tres fotografías se aprecian claramente una serie de huecos u hornacinas, en donde los usuarios de las termas guardaban la ropa.



Esta posibilidad de contemplar tan de cerca lugares de tamaña importancia histórica y pertenecientes a un pasado tan glorioso como el romano me deja siempre estupefacto. Estas termas datan del siglo I. ¿No resulta increíble pensar que, hace casi 2000 años, esos huecos estaban llenos de las ropas de la gente que poblaba Lucus Augusti? Quizá el hueco de la derecha fue utilizado alguna vez por algún centurión, por Paulo Máximo, por César Augusto... Es elucubrar demasiado, pero la cuestión es que no tiene tanta relevancia por quién haya sido utilizado en concreto, sino que cualquiera de aquellos ciudadanos del imperio llegaron realmente a utilizar este lugar, tan cerca de mi casa. Me parece fascinante.


 En el balneario no solo se conserva alguna zona de los baños termales, sino también la toma de agua original:

 
E incluso aras votivas (pequeños altares de la época romana dedicados a una divinidad en particular), la mayoría de ellas dedicadas a las ninfas, divinidades asociadas a todos los ámbitos de la naturaleza, fundamentalmente el agua, en concreto las aguas mineromedicinales. Aquí hay tres expuestas, y en el vídeo de la pared opuesta se explican las inscripciones que presentan, en donde se pueden encontrar el voto de acción de gracias o la petición concreta y el nombre del oferente.



 La parte superior, llamada foculus, es la reservada para las libaciones. En el campo epigráfico encontramos el texto. Aquí en la foto se puede apreciar claramente el texto Nymphis, así que ya sabemos a quién se ofrece y de parte de quién (aparece más abajo).


A veces tengo la impresión de que en Lugo podrías encontrar restos todos los días si vas armado con una pala. Tengo que admitir, para mi vergüenza de nuevo, que desconocía la posibilidad de observar los restos del acueducto de Lugo. Me lo encontré paseando con mi padre por los bellos jardines de la diputación. Se encuentra concretamente en la propia plaza de San Marcos.



Piscinas, mosaicos, acueductos, murallas, termas... Caminamos cada día sobre un pasado glorioso de otrora que se debe respetar, que conviene apreciar y del que no está de más enorgullecerse.

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