viernes, 20 de diciembre de 2013

Crónica peruana (2): Ica y Paracas e itinerario general

En mi entrada anterior me había olvidado de mencionar el itinerario aproximado que seguimos durante nuestro viaje, por si sirve de referencia. Creo que viene a ser el básico de un viaje por el sur de Perú y, lamentablemente, nos dejamos muchas cosas en el tintero, como todo el norte (ruinas de Chan-Chan, Caral-Sulpe, Trujillo, Kuélap, etc.), Pachamacac (cerca de Lima), la selva (Puerto Maldonado era la opción más accesible y cómoda) o incluso la estancia con la familia en Amantaní. Aunque fuese un viaje, iba aprovechando las conexiones de los hostales en donde nos hospedábamos para realizar los encargos que me llegaron. No fueron muchos, pero sí hermosotes y mereció la pena llevarme el trabajo, porque no me molestó tampoco gran cosa. Gajes y ventajas del traductor on the move.

He aquí pues el itinerario básico:
Madrid - Miami - Lima - Ica - Paracas - Arequipa - Puno - Cusco - Aguas Calientes - Cusco - Lima - Miami - Madrid.

El primer paso por Miami fue una mera escala de dos horas, pero el segundo fueron 12 y aprovechamos para visitar los Everglades y la zona de South Beach, con sus edificios de art decó.



Sigamos con el viaje. Después de llegar a la estación de autobuses in extremis, nos esperaba un viaje de tres horas con Cruz del Sur, la afamada compañía de buses interurbanos peruana. La fama le precede e hizo honor a ella, porque tanto este como el resto de buses que cogimos me parecieron superiores a la basura de Alsa, que además de cobrarte bastante para lo que te dan, te estafan con estos puntos que nunca te permiten canjear. Recuero que un trayecto en un bus nocturno, con sus cómodas butacas reclinables, mantita, comida, televisor individual y Wi-Fi, costaba unos 29 euros, y eso toda la noche de viaje. El Alsa del mismo recorrido, sin Wi-Fi ni nada de nada, 38. Independientemente del coste de la vida de cada país, en Perú parece haber una sana y fuerte competencia entre compañías, porque hay otras que parecen ofrecer servicios a la altura. Nosotros, de las otras, solo probamos Julsa, bastante más barata, eso sí.




El dueño del Ica Wasi nos vino a recoger y de camino al hostal nos fue mostrando parte de la ciudad. A pesar de que la mejor forma de conseguir tours baratos es pasarse por las plazas de Armas de las ciudades respectivas, llegamos muy tarde por la noche y queríamos ir a las islas Ballestas el día siguiente, así que contratamos el tour en el hotel y, después, por pura vagancia, contratamos el del buggy y el sandboarding también. Al final la compañía con la que fuimos resultó ser la recomendada por Lonely Planet, y la verdad es que quedamos muy contentos con ambos tours.




Antes de llegar a las islas Ballestas se puede divisar el misterioso geoglifo del candelabro, cuya antigüedad se estima en unos 2500 años. Su significado no está del todo claro y circulan muchas hipótesis al respecto. Algunos dicen que es la figura de un cactus, símbolo de poder en el Perú antiguo. Los astrólogos de otrora utilizaban el jugo de los cactus y otras plantas como alucinógenas para mantener el contacto con seres superiores, en su calidad de oráculos. Otra teoría dice que es una cruz de navegación (la cruz del sur), hecha por piratas o navegantes, mientras que otros afirman que fue obra de uno de los dos libertadores de Perú: el general José Francisco de San Martín y Matorras (el otro es, lógicamente, Simón Bolívar). Este llegó con sus tropas aquí el 7 de septiembre de 1820 y desde este lugar comenzó la campaña libertaria del país. Por eso Paracas o Pisco son ciudades históricas para los peruanos. Quizá esta figura sea un símbolo de libertad, parte de una táctica militar o un símbolo de masonería, ya que San Martín y los libertadores americanos han pertenecido a la logia secreta de los francomasones. La hipótesis más extravagante es la que le atribuye una autoría extraterrestre, puesto que el candelabro también apunta a las líneas de Nazca y, como todos es sabido, la única forma de ver dichas líneas es a vista de pájaro. Pero lo cierto es que lo más lógico sería que la cultura Nazca fuese la autora del geoglifo.

Si bien no se ha creado de forma natural, la madre naturaleza sí es la artífice de su conservación. La dirección a la que apunta el candelabro, junto con los vientos alisios que la azotan, el agua marina y la falta de lluvia, ha permitido que siga allí intacta, dejando a todo espectador tan perplejo ante su contemplación como con las líneas de Nazca. De hecho, la propia María Reiche (la mayor experta en las líneas de Nazca) investigó también este geoglifo.

 


Las islas Ballestas son todo un santuario para ciertas especies de aves, lobos marinos y pingüinos. Sí, lo habéis leído bien. Aquí se pueden encontrar pingüinos de Humboldt. Esta es la única especie que hay en Perú. Se han adaptado a la temperatura del mar, que sigue siendo frío debido a la corriente costera peruana, también llamada corriente de Humboldt. En las islas Ballestas habitan unos 280 ejemplares, mientras que la población de todo el Perú se estima en unos 20 000. De hecho, está considerada como una especie en peligro de extinción. En los años 1850 se las consideraron aves productoras de guano y, por aquel entonces, había casi 1 millón, así que su número se ha visto seriamente mermado con el paso de los años y los siglos debido, entre otras cosas, a factores como las consecuencias del contrato Grace.


 La población de aves de las islas Ballestas quita el hipo.

Fue genial pillar precisamente a esos pingüinos justo en el momento en el que caminaban con su genuina torpeza entre el terreno escarpado hasta llegar al borde y lanzarse con arrojo para darse un buen chapuzón. Fuimos enormemente afortunados al poder captar ese momento mágico tanto en vídeo como en imagen.



Los pelícanos también tienen su importancia en lo que respecta al guano, pues son la tercera ave productora en importancia de estos excrementos. En estas islas también se pueden encontrar otras especies, como los piqueros peruanos (blancos y grises), cormoranes negros (también llamados cuervos de mar o cormoranes neotropicales) o soles de mar, entre otras.





El guano tuvo y sigue teniendo una importancia fundamental para Perú. La explotación empezó en el año 1840. En 1879 Perú tuvo un conflicto armado con los vecinos del Sur y acabaron perdiendo la denominada guerra del Pacífico (también llamada guerra del guano y salitre). Como resultado, el tratado de Ancón permitió a Chile explotar los yacimientos de guano de toda la costa del Perú.

 Estos cargadores sirven para depositar el guano en los barcos.

El guano se recolecta al cabo de 5 o 7 años. Solo en las islas Ballestas pueden llegar a acumularse unas 11 000 toneladas. Aquí llegan unas 250-400 personas y se quedan en este lugar entre dos y cuatro meses, dependiendo del guano acumulado. Solo usan manos, picos, palas, cuerdas, escobas y escobillas. La tonelada de guano en el Perú (20 sacos de 50 kilos cada uno) tiene un precio de unos 400 dólares americanos. 




Y, permítaseme la expresión, ¿cómo puede tener tanta importancia y valer tanto un inmenso montón de mierda? Pues porque el guano es uno de los mejores fertilizantes que existen, gracias a sus altas concentraciones de nitrógeno y fósforo, además de tratarse de un producto natural. Después de las guerras que devastaron Europa, resultaba fundamental disponer de buenos fertilizantes para potenciar la agricultura. Y aquí entró en acción el guano. Su importancia fue tal que un saco llegó a valer 50 dólares. Y eso no es todo. Los Estados Unidos llegaron a aprobar el acta de las islas guaneras, que permitía a los ciudadanos de EE. UU. tomar posesión de las islas que contuvieran ese codiciado montón de excrementos. Lo cierto es que sigue siendo un gran negocio para el Gobierno peruano.

 Los lobos marinos de las islas Ballestas.

 Después de la edificante excursión en las islas Ballestas volvimos al hostal y entonces reparé en algo que ya me había dejado algo mosca. De camino a la habitación oía ladridos procedentes del exterior y me parecía curioso que sonasen tan cercanos, como si no hubiese pared de por medio. Y es que no la había. El perro que ladraba era de la simpática raza del perro calato (una palabra que significa 'desnudo' en Bolivia y Perú). También lo llaman simplemente "perro sin pelo del Perú". La cuestión es: ¿por qué en Perú se ven tantas casas sin pintar, con el ladrillo a la vista, sin techo o como si les faltase algo? Y la razón es: para evitar pagar el impuesto sobre la propiedad inmobiliaria (una especie de IBI). Mientras que el edificio no esté terminado del todo, no se paga este impuesto, y en Perú se aprovecha este vacío legal para no apoquinar. Estas y otras anécdotas más terroríficas nos las comentó la dueña del hostal de Arequipa.



 La tarde del mismo día la dedicamos a surfear por las dunas del desierto de Atacama, primero con el frenesí desenfrenado (realmente parecía que no llevase frenos) del buggy y luego tirándonos desde las dunas con una tabla rociada de cera por debajo para practicar el denominado sandboarding.



Fueron dos actividades que nunca había practicado y me parecieron harto divertidas y emocionantes. Cuando te acercabas con el buggy a una duna a un cambio de rasante, siempre te acosaba la incertidumbre: ¿será solo un pequeño repecho o nos estaremos encaminando a una pendiente de tomo y lomo? Pues el segundo caso se dio en bastantes ocasiones, y nosotros tan contentos de poder disfrutarlo.





Por desgracia, no puedo poner vídeos de esos momentos, debido a su excesivo tamaño, pero son muchos los minutos grabados y numerosos los recuerdos que impregnarán nuestra memoria, como ese atardecer en el desierto, cuyo fin no se puede alcanzar con la vista.   




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