lunes, 5 de octubre de 2009

Fauna barraquera

¡Ave, César! Los que van a morir... ¡que se jodan!
- Martes y 13


Los perspicaces lectores de este humilde y genial blog conocerán mi lugar de nacimiento. En efecto, se trata de un hospital, así que tengo mucho en común con muchos de vosotros. Pero siendo menos específico, la ciudad en donde se encontraba el paritorio era Lugo, por todos conocida debido a la muralla romana, su pulpo (así como los pulpos nocturnos que estiran sus tentáculos para atrapar a la dama de turno) y, ¡cómo no!: San Froilán.

Heráclito de Éfeso decía aquello de todo cambia, nada permanece, y que no nos bañamos dos veces en el mismo río. Está claro que este ingenuo filósofo nunca ha estado en San Froilán, en donde nada cambia y todo permanece. Si trasladásemos nuesta festividad a la antigua Grecia, veríamos a Parménides montado todos los días en el Saltamontes, rasgando las cartas de la Tómbola del Cubo o partiéndose la crisma en el eterno Grand Prix. Estamos ante el eterno retorno de lo mismo. Nuevas barracas, pero la mismas formas de revolvernos el estómago, mojarnos en pleno octubre, pegarnos unos graciosos batacazos y reírnos del pavor ajeno. ¿Pero quién está detrás de todo esto? Estos son los personajes que hacen nuestra diversión realidad: los barraqueros, a examen.

  • Locutor del saltamontes. Hay una leyenda urbana según la cual el locutor del saltamontes es siempre la misma persona. Curiosamente, es la primera leyenda urbana totalmente real. Paquito Fernández labró su fama grabando innumerables cintas con todas las combinaciones posibles para los adverbios "arriba" y "abajo", además de utilizar con gran profusión los sustantivos con diminutivos del tipo saltito y meneíto. Ejemplos de su creatividad, que podréis comprobar en cualquier barraca de este tipo, son:
    • Arriba... ¡y abajo!
    • ¡Saltito/meneíto para arriba!... y... ¡saltito/meneíto para abajo!
Como si hubiese adquirido el don de la ubicuidad, sus considerablemente obvios y simplistas comentarios sobre el funcionamiento hidráulico del artilugio y el movimiento vertical resultante se repiten sin cesar por toda España. No os llevéis a engaño, los actuales locutores (que no taquilleros) se limitan a poner la cinta y mover los labios al compás de los animados comentarios. ¿Cómo es posible sino que siempre tengan la misma voz?

El espíritu de Paquito, ya fenecido, nos sigue acompañando en cada festividad en honor al patrón local. Se dice que si juntas tres saltamontes y los liberas en la plaza de España de Lugo una noche de luna llena... habrás hecho el gilipollas y perdido tu precioso tiempo, porque por supuesto no pasará nada, pardillo.
  • El de las carreras de camellos. Posiblemente no estará presente en tu localidad, amigo, pero el regente de este puesto en donde los participantes impulsan a los camellos metiendo las bolitas en varios agujeros, posee una habilidad innata, fruto de años de práctica con los monjes shaolin. ¿En qué consiste? En que tú oyes "¡¡¡Guau!!! ¡¡Elnúmerosieteadelantaporlaizquierdaaldos!! ¡¡Va fuerte hoy!! ¡Esto es increíbleacojonante, lamejorcarreradelaño, cualquierapuedeganarquéemociónfdsfdsGRTX!! Con tamaño nivel de emoción y expresividad, debemos estar ante un auténtico fanático de las carreras de caballos, poseído por el diablo y por el espíritu de Joan Gaspart, como si una de las jorobadas figuras portase una camiseta azulgrana. Y sin embargo, la sorpresa llega cuando observas su careto. Mientras que tú piensas que debería estar fuera de sí, en realidad esto es lo que ves: (-_-) o a lo sumo (·_·). Su pericia para narrar con furia visigoda manteniendo una total compostura es... inenarrable.
  • El "facha", el "DGT" o el guardia de tráfico encubierto. Estos son algunos de los sobrenombres del individuo que gobierna con puño de hierro los coches eléctricos, también conocidos como coches de choque para los puritanos y choques de coches para los disléxicos. ¿Por qué le tildan de ultraconservador o lo adscriben a un organismo regulador de tráfico? Por su frase más manida: "Siempre por la dereeeeeecha". Siempre me pregunté el porqué. ¿Será un mitin encubierto del PP más añejo? ¿Moriría toda su familia en un accidente de tráfico? ¿Haría un pacto secreto de educación vial con los organismos reguladores para aprobar el examen teórico o pagar con favores una multa? Nunca sabremos la respuesta, pero este pobre hombre no ha cejado en su empeño de insistir una y otra vez en la conveniencia y probable diversión de ejecutar giros robóticos en la pista, siempre en la misma dirección y con sumo cuidado, so pena de ser amonestado verbalmente por el regente. Huelga decir que un servidor, siempre transgresor desde los 9 hasta los 9 años y medio, no perdía ocasión de violar las reglas de este auténtico dictador automovilístico, y a la mínima embestía frontal o lateralmente a cualquier desgraciado o desgraciada que osase interponerse en su camino.
En esta atracción y sus alrededores en donde podemos encontrar otros ejemplares de esta variopinta fauna que mora este tipo de eventos. Hay una especie que me llama especialmente la atención y que creía extinguida hace tiempo: el chuleta. Por increíble que parezca, aun en nuestros días es posible toparse con un tipo ataviado con chupa negra de cuero al volante del cochecito eléctrico (no precisamente una joya en cuanto a diseño y prestaciones) conduciendo con... ¡ATENCIÓN!... ¡una sola mano y hacia atrás! Este Schumacher frustrado es el amo y señor de la pista, las muchachas del barrio se pirran por sus huesos mientras él se muestra indiferente al sinnúmero de corazones que acaban partidos por la mitad debido al desprecio con que él las trata. En su propio mundo de fantasía y coches ecológicos, claro.

  • El de la tómbola. Aquí hay tres variedades.
    • El tombolero feliz. He aquí un cantautor frustrado, y un tipo de naturaleza prácticamente sobrehumana. Una persona capaz de hablar en verso durante horas sin beber la menor cantidad de líquido. Este hombre invierte su tiempo libre en hacer rimas como Si en la tómbola quieres ganar, un boleto tendrás que comprar. Eso sí, la melodía es siempre la misma. Los hay que comienzan con composiciones risueñas (Otro premio que vuelve a caer, y lo fácil que es para usted) y acaban algo desesperados por no hacer caja debido a la incesante lluvia lucense (Mañana nos vamos a Aranjuez, comprad boletos de una **** vez). De todas formas, este tombolero (con su voz característica también) suele darle vidilla al cotarro y su éxito es encomiable y merecido.
    • El tombolero del jamón. Este señor profesa una devoción sin parangón por el pernil del cerdo. Su "Y o-tro Jamón" (con sinalefa entre o e y) es una de las vociferaciones más familiares de las fiestas. Si te toca un jamón, no esperes que te felicite con un "¡Coño! ¡Felicidades, macho!". Te espera un "¡Y otro jamón!" de tomo y lomo (o de tomo y jamón en este caso). El éxito de su tómbola consiste precisamente en propagar a los cuatro vientos los premios conseguidos. Puede que esos jamones lleven ahí colgados desde hace diez años, ¿pero qué más da? ¡El tipo es entrañable! Además, piensa en la pobre vida doméstica que debe llevar este hombre: cuando su mujer se olvide de su profesión por un momento y le ponga jamón de cenar, él exclamará: Y... ¿¿otro jamón??
    • El tombolero desdichado. Mismamente al lado del mirador de Rosalía de Castro, en las fiestas de Lugo, está la tómbola más depresiva que uno se pueda imaginar, cuyo dueño canta los números con la alegría propia de un hereje debatiendo con Torquemada al calor de la chimenea. A veces parece musitar algo tras leer los números en alto.
      • "¡69!... Je, lo que siempre quise hacer con mi mujer pero claro le duele la cabez ¡08! horas que tengo que estar aquí pringando con todos estos payasos mirándome y ¡45! minutos del partido del Barça que me estoy perdiendo aquí ¡37! minutos para pegarme un tiro definitivamente.
La fauna barraquera es rica y variada. Estos son tan solo algunos ejemplos. La próxima vez que acudan a su fiesta local, no pierdan detalle de estos sujetos, a cual más interesante.

5 comentarios:

  1. Acabamos de leer tu entrada, los 3 en familia, qué prosa!! puedes escribir para el jueves con entradas como esta :D :D
    Casi nos meamos de risa. BESITOS DE LOS 3. THF, TMF y TPF.

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  2. Una gran descripción de la fauna barraquera, pero te has olvidado del yonki que coge los tickets en el saltamontes, que es, posiblemente, un clon genético del "chuleta" de los coches de choque. Aunque éste no moje tantas bragas entre las niñas; si infunde un terrible temor en todo aquel incauto que decida montar solo y que por cuestiones de contrapeso, se tenga que poner a su lado. En ese momento en el que te da a escoger si montas en el lado de fuera o de dentro, y tu, entre sudores y bajo presión, escoges el lado de dentro...Error! Cualquiera que haya dado un poco de física elemental sabe que por medio de la fuerza centrífuga tu peso descontrolado va a ejercer una fuerza directamente proporcional al cabreo del otro cuerpo aplastado contra el borde del vagón.
    Me pareció importante describir a éste tipo, porque es uno de mis miedos juveniles que aún conservo.
    Enga eeeehhhhh!!!!

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  3. Chapeau y me quito el sombrero. Cuanta sabiduría.
    Yo creo que toda esa gente está al borde del suicidio, una mala palabra por nuestra parte y se hunden, por eso tenemos que ser educados con los barraqueros.
    Los de los coches de choque son los jugadores de fútbol americano de ese gran instituto que es el recinto ferial, y lo saben...¡Dios! Malditos sean.

    Hacedle caso al de arriba que quería ser barraquero, sabe de lo que habla y tiene toda la razón, es un momento duro cuando ya no puedes más y te dejas ir hacia el yonki, seguramente con erótico resultado para él.

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  4. Felicidades por el blog, me encanta. Interessante, sarcástico, original y, sobre todo, muy bien escrito, ¿qué más se puede pedir? Hoy en día no se ven muchos como este. A prtir de ahora tienes una nueva fan.

    PD: Gracias por los recursos lingüísticos que has puesto. ¡Si es que además es un blog útil! ;)

    Saluos!

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  5. ¡Hola, Blanca! Vaya, muchas gracias por el comentario. No hago publicidad alguna de este blog de complicado nombre, así que encontrarlo es harto difícil. Me pregunto qué/quién te ha traído hasta aquí. Me alegro de que te sean útiles los enlaces, la verdad es no los he actualizado desde tiempos inmemoriales, pero como en realidad tampoco se pasa mucha gente por estos lares no me he preocupado mucho por ello.

    ¡Un abrazo ;-)!

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