Como digno representante de una legendaria estirpe de caballeros pajilleros, recuerdo con cariño masoquista las innumerables ocasiones en las que malgastaba mi tiempo y mi dinero cuando la esperanza de mojar el churro ya se había diluido, gasificado y evaporado hacia la atmósfera de Venus. La llama de la diversión se apagaba en el momento de entrar al Garçon del pis; el nombre hace justicia a este lugar en donde comenzaba un tedioso y fútil ritual consistente en canciones y sintonías eternamente inaprensibles aderezadas con conversaciones ininteligibles, un sinfín de asentimientos con la cabeza cuando uno no entiende nada, algo que me ha acompañado desde aquellos tiempos, reforzado por el hándicap de las lenguas extranjeras. Y así, contemplando la entonación ajena de cánticos rebeldes y soñadores le robaba horas a la mañana y las invertía en la madrugada.
Casi allende el recuerdo quedan las veladas lucenses a la tenue luz de las candelas, en un lugar de precario asiento, olores nauseabundos pero debates encendidos, opiniones encontradas y pasiones exaltadas. Pensábamos que el tiempo se paraba, que la noche era tan joven como nosotros. Son momentos que ya nunca volverán, pero aún puedo dibujar el firmamento a través de esa ventana destartalada, aún me parece estar bebiendo ese vodka de pacotilla, aún veo a Fernando meterle mano a ese trasero desprevenido, a Nacho asomando con el gesto de la victoria, Berti siempre ojo avizor por visitas insospechadas, Rafa comentando las jugadas, Andrés luchando por su sitio, Corujo con su bebida inseparable y Carballido quitándome el simbólico carné que me abría unas puertas que se cerraron para siempre.
Caldo de cultivo para un futuro lleno de noches en las que mis salidas nocturnas acababan frecuentemente en una plantación de nabos, lo que en inglés se conoce como sausage party o brodeo, y que Flight of the Conchords me recordaban en este genial vídeo sobre esa lamentable situación de desventaja numérica con el singular título de "Demasiadas pollas".
Tenemos visiones diferentes del Garçon :)
ResponderEliminarDios! Hace años que no salgo. Me hago vieja!!
Pero sí recuerdo la masificación del local (sobre todo hacia el fondo), mis amigas locas por uno de los camareros cuyo nombre ni siquiera recuerdo porque a mi me parecia simplemente imbécil...
Qué tiempos!
Saludos