sábado, 9 de mayo de 2009

La vuelta al Báltico en cinco días (1)

El año pasado mi fiebre personal por los viajes alcanzó cotas nunca vistas, hasta el punto de llegar a plantearme el emprender un viaje alrededor del mundo mundial. Sin embargo, si uno se embarca en un viaje antológico por doquier durante unos cuantos meses, ¿qué le queda por ver después? No cabe duda de que esa no puede ser una excusa, porque ni aún viajando continuamente podríamos ver siquiera gran parte de lo que este planetilla tiene que ofrecernos. Hubo otros factores que me hicieron descartar la idea, o al menos aparcarla provisionalmente. Sin embargo, me picaba la curiosidad por comprobar las dos caras de la moneda y así me empeñé el año pasado en probar ambas versiones. Pensaba que el viaje en solitario iba a ser el claro perdedor, pero la verdad es que resultó ser una grata experiencia.

En mayo me propuse aprovechar los vuelos baratos disponibles desde Alemania y, ni corto ni perezoso, me cogí un avión a Kaunas (Lituania) para iniciar un recorrido de cinco días por los tres países (Lituania, Letonia y Estonia) para poner la guinda final con una visitilla a mi amiga María, que vive en Helsinki.

Así pues, el primer país visitado fue el de gran talento baloncestístico. La calidad de las muchachas que por allí pululaban era tal que sentí una inmensa alegría cuando vi por fin a la primera fea sin paliativos. De lo contrario, me habría quedado allí llorando y lamentándome de no haber nacido en este noble país, cuyas principales ciudades son Kaunas y Vilna. Casualmente esta última es, junto con la austríaca Linz, la capital cultural europea de este año 2009. Nótese que debe escribirse Vilna en español y no el nombre lituano Vilnius (me acabo de enterar).

La calle Vilnius de Kaunas (arriba) es la más bonita del casco antiguo, con edificios del siglo XVI. Por supuesto, como no podía ser de otra forma hasta una ciudad como esta tiene sus propias plusmarcas. ¿Cuál? Pues, en este caso, disponer de la calle peatonal más larga de Europa del Este: La Laisvės alėja (Avenida de la Libertad) se extiende a lo largo de 1,6 km. Aparentemente, la más larga de Europa es la Strøget de Copenhague.

Me recorrí la avenida de cabo y rabo hasta la hora del almuerzo. Decidí hacer caso a la maravillosa guía que obtuve en el aeropuerto (¡en español!) y probar la gastronomía local.

El llamado cepelinai es un plato típico lituano pero, corrígeme Elena si me equivoco, común a otros países de Europa del Este. Comí estos zepelines con kvass, una bebida hecha a base de pan y uvas pasas. Pasable.

La gran avenida o bulevar acaba aquí, en la Iglesia del Arcángel San Miguel.

Tras subir la colina de Aleksotas con el funicular más barato que recuerdo (50 litas = 14 céntimos). Desde lo alto se divisa Kaunas y el puente de Aleksotas. Y aquí estamos ante otro récord lituano. Porque este es el puente más largo del mundo. Evidentemente tal estadística tiene trampa. ¿Cuál? Bueno, antiguamente la parte al otro lado del río Nemunas pertenecía al norte de Rusia, que utilizaba el calendario juliano, mientras que la parte desde la que saqué la foto integraba el reino de Polonia, que empleaba el calendario gregoriano. Por lo tanto, al cruzar el puente uno se encontraba con el curioso dato de que habían pasado nada más y nada menos que trece días. Justo a la izquierda del puente se puede ver la Iglesia de Vitautas, el duque del siglo XV omnipresente en esta ciudad. Es la más antigua de la ciudad y lo curioso es precisamente eso, que no está dedicada a un santo, sino al héroe de Kaunas. El edificio blanco situado detrás de la iglesia es el ayuntamiento (apodado el "cisne blanco") con la Iglesia de San Francisco Javier adyacente. Y por último la catedral: es el ubicado en la parte superior derecha, al lado del puente. Creo que nunca en la historia ha habido alguien que en un blog ha proporcionado información tan exhaustiva sobre esta ciudad. Pero es lo que tiene viajar solo, que no te queda más remedio que leer todos los panfletos sobre la ciudad ;-D.


Mentira: en Holanda los estupefacientes no se anuncian pero todo quisqui sabe que se venden sin problemas. Sin embargo, los lituanos no se andan con sutilezas.

Verdad: Si para imitar al idioma alemán añadimos "en" a final de palabra, en lituano se hace lo mismo con "as", y se acierta no pocas veces. Ejemplos de ello son "internetas" o "baras" (bar). "Ratas", sin embargo, significa rueda :-P (y no, no es una tienda de suvenirs para aquellos que andan cortos de presupuesto)

Y qué mejor manera de terminar este pequeño recorrido por la ciudad con un pequeño vídeo sobre el castillo de Kaunas.




No os perdáis la próxima entrega, aún en Lituania: Vilna y el castillo de Trakai.

3 comentarios:

  1. Muy buenas, la foto de la no tienda de souvenirs es un poco WTF!! no???
    De que era la tienda?? Taller para carruajes?

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  2. Tu hermanita favorita12 de mayo de 2009, 10:01

    Pois agora haberá que mirar unha viaxe por esas altura se é tan chulo...BESITOS DE TU HERMANITA FAVORITA.MUUUUUUUUUUUUUACS

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  3. Uhm...drogas al 50%, es tentador pero les falta mucho para poder competir con los señores que las regalan a la entrada de los colegios.
    ¡Y con forma de caramelo!

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