Pese a ser un completo desconocedor del panorama musical japonés, en el tiempo que llevo aquí he memorizado los nombres de las canciones que más me han gustado. Sobre gustos no hay nada escrito, y esta selección incluye un poco de todo. A ver qué os parece.
martes, 29 de junio de 2010
miércoles, 23 de junio de 2010
Vuvuzela: grandes éxitos
Acabo de hacerme con uno de los discos más esperados de los últimos años. Se trata de la tan ansiada recopilación Vuvuzela Hits, fruto de la colaboración entre renombrados artistas como Bing Mbong, Patuk Prrrrt y Peling Kafre.
La vuvuzela, ese instrumento con solera que suena a canto de sirena en manos de los intérpretes más avezados, no vive buenos tiempos. De hecho, los últimos conciertos de vuvuzelas se han visto interrumpidos constantemente por partidos de fútbol intrascendentes e insulsos, lo cual ha acabado por hacer mella en el volumen resultante de tan querido instrumento, muy inferior al habitual.
Recomiendo este disco a todos aquellos que sufrimos en silencio la discriminación contra este tubo de plástico auténtico que solo los más virtuosos logran tocar con éxito. Aquí se incluyen clásicos básicos como Prrrrrrrrrrr o Peeppeep, aderezados con las melodías de más rabiosa actualidad (Toot, Taaat taaaat taaat) o los últimos éxitos en Botsuana y Suazilandia: Wheeeeeep y Bzzzz.
En definitiva, una auténtica joya que no puede faltar en las estanterías de cualquier melómano. ¡Si quieren música, aquí tendrán música por un tubo!
La vuvuzela, ese instrumento con solera que suena a canto de sirena en manos de los intérpretes más avezados, no vive buenos tiempos. De hecho, los últimos conciertos de vuvuzelas se han visto interrumpidos constantemente por partidos de fútbol intrascendentes e insulsos, lo cual ha acabado por hacer mella en el volumen resultante de tan querido instrumento, muy inferior al habitual.
Recomiendo este disco a todos aquellos que sufrimos en silencio la discriminación contra este tubo de plástico auténtico que solo los más virtuosos logran tocar con éxito. Aquí se incluyen clásicos básicos como Prrrrrrrrrrr o Peeppeep, aderezados con las melodías de más rabiosa actualidad (Toot, Taaat taaaat taaat) o los últimos éxitos en Botsuana y Suazilandia: Wheeeeeep y Bzzzz.
En definitiva, una auténtica joya que no puede faltar en las estanterías de cualquier melómano. ¡Si quieren música, aquí tendrán música por un tubo!
viernes, 18 de junio de 2010
Cumpleaños de Mika
El pasado fin de semana Mika cumplió la nada desdeñable cifra de 28 años. El día anterior tuve la ocasión de conocer a su hermana y el novio de esta. La verdad es que los taiwaneses que he conocido me están deslumbrando, porque su hermana resultó ser una persona con un sentido del humor parejo al mío, prácticamente una cachonda mental. Mika dice que normalmente es bastante seria, pero que cuando se juntan dan rienda suelta a su lado más chusco. Me acuerda a cuando me junto con mi amigo Jorge para hacer el capullo como Dios manda.
Fuimos a Toyosu, una zona al este de esta gran metrópoli en donde vivo con una vista privilegiada de los rascacielos que se alzan a lo... cerca con la Torre de Tokio asomando entre ellos. De hecho, hay banquetas de piedra especialmente pensadas para parejas, con el fin de contemplar las estrellas: siempre que uno tenga gafas y suerte, porque contemplar el firmamento en esta ciudad tiene mérito. Me agencié por un momento las flores que le regaló a Mika su hermana para encarnar el papel de romántico que mira pensativo al horizonte preguntándose ánde andará su pareja con la que había quedado en tan señalada fecha y lugar, y que decide ponerse a acosar a otras parejas asiáticas ramo en ristre.
El mes anterior Chika me había hablado sobre el parque de Hanayashiki en Asakusa, y se me ocurrió combinarlo con un buen plato de tempura en el restaurante más popular de esta zona (al que había ido también con mis padres) para celebrar el cumpleaños. Junto con nuestra amiga francesa Emma, nos metimos entre pecho y espalda unas buenas gambas rebozadas y después pasamos unas horas en este parque de atracciones, supuestamente el más antiguo de Japón, ya que sus orígenes se remontan a 1853.
El verano ya está prácticamente aquí, de modo que utilizamos el kakigori para combatir el calor. En cuanto a barracas se refiere, probamos el pavoroso túnel del terror, las estrellitas giratorias (fantástico para vomitar la comida aún en plena digestión), la discoteca (sin duda la más divertida) y la montaña rusa, inaugurada en 1953.
Grabar vídeos durante el recorrido estaba completamente prohibido, pero en un alarde de bizarría desenfundé a tiempo para llevarme un recuerdo especial. Mi intrepidez fue de tal calibre que hasta me permití dibujar a Mahoma con la mano derecha mientras sostenía la cámara con la izquierda. Fue un craso error no haber grabado más planos del parque durante la subida, pero claro, me daba algo de reparo decirle al señor barraquero:
Fuimos a Toyosu, una zona al este de esta gran metrópoli en donde vivo con una vista privilegiada de los rascacielos que se alzan a lo... cerca con la Torre de Tokio asomando entre ellos. De hecho, hay banquetas de piedra especialmente pensadas para parejas, con el fin de contemplar las estrellas: siempre que uno tenga gafas y suerte, porque contemplar el firmamento en esta ciudad tiene mérito. Me agencié por un momento las flores que le regaló a Mika su hermana para encarnar el papel de romántico que mira pensativo al horizonte preguntándose ánde andará su pareja con la que había quedado en tan señalada fecha y lugar, y que decide ponerse a acosar a otras parejas asiáticas ramo en ristre.
El mes anterior Chika me había hablado sobre el parque de Hanayashiki en Asakusa, y se me ocurrió combinarlo con un buen plato de tempura en el restaurante más popular de esta zona (al que había ido también con mis padres) para celebrar el cumpleaños. Junto con nuestra amiga francesa Emma, nos metimos entre pecho y espalda unas buenas gambas rebozadas y después pasamos unas horas en este parque de atracciones, supuestamente el más antiguo de Japón, ya que sus orígenes se remontan a 1853.
El verano ya está prácticamente aquí, de modo que utilizamos el kakigori para combatir el calor. En cuanto a barracas se refiere, probamos el pavoroso túnel del terror, las estrellitas giratorias (fantástico para vomitar la comida aún en plena digestión), la discoteca (sin duda la más divertida) y la montaña rusa, inaugurada en 1953.
Grabar vídeos durante el recorrido estaba completamente prohibido, pero en un alarde de bizarría desenfundé a tiempo para llevarme un recuerdo especial. Mi intrepidez fue de tal calibre que hasta me permití dibujar a Mahoma con la mano derecha mientras sostenía la cámara con la izquierda. Fue un craso error no haber grabado más planos del parque durante la subida, pero claro, me daba algo de reparo decirle al señor barraquero:
Oye, ¿puedo subir otra vez? Es que el vídeo no ha quedado muy bien. Mira, mira...
lunes, 14 de junio de 2010
Paella 2: el retonno
El 6 de junio se celebró, poco más de un año después, la segunda fiesta de la paella, por ponerle ese nombre a uno de los fracasos culinarios más estrepitosos de los últimos tiempos, con la consiguiente mancilla para el honor y reputación de la gastronomía española. Si bien los ingredientes podían haber estado a la altura, no ocurrió lo mismo con el fuego necesario para respetar a rajatabla la regla paterna de los 17 minutos de cocción y los 20 posteriores de reposo. El fuego era tan pequeñito que el arroz del centro de la paellera, de tamaño estándar para este tipo de finalidad, llegaba en su punto, al contrario que el situado en torno a esa zona, prácticamente crudo. Este es el esperpento final, una paella de costilla de gorrino con habas.
Al final, después de mucho arreglar, rellenar con agua y hervir de nuevo, se pudo hacer comestible. Lección aprendida, un buen fuego es indispensable. De todas formas, la gente se puso a comer a dos carrillos y acabaron zampándosela en un santiamén. Eric, el compañero de piso francés, pudo usar un fuego más grande y le quedó algo mejor. Esta es de marisco.
Afortunadamente, el trabajo titánico que supuso preparar la ensaladilla rusa el día anterior mereció la pena, ya que fue incluso el plato más popular del día: se acabó en un visto y no visto. De este sí que estoy orgulloso. Siempre me gusta aportar algún ingrediente inédito. En esta ocasión fue un aguacate.
He aquí un pequeño vídeo para mostrar el ambiente general, así como otras viandas y bebercios preparados para la ocasión: natillas, tiramisú y sangría. Todo ello obra de Eric.
Los que nos honraron con su presencia hasta bien avanzada la tarde, es decir, los que no hubo forma de echar a patadas, obtuvieron una jugosa recompensa en forma de plátano flameado y la mayor de las sonrisas al entonar un:
-Pues nada, amigos, ya sabéis dónde está vuestra casa. Porque como no lo sepáis, estáis jodidos. ¡Ahí está la puerta!
Nota: El copyright de la frase anterior pertenece a mi tío Luis. Yo simplemente añado la exhortación posterior.
-Pues nada, amigos, ya sabéis dónde está vuestra casa. Porque como no lo sepáis, estáis jodidos. ¡Ahí está la puerta!
Nota: El copyright de la frase anterior pertenece a mi tío Luis. Yo simplemente añado la exhortación posterior.
domingo, 13 de junio de 2010
Cambio de diseño
Después de prácticamente dos años con el diseño básico, ha llegado el momento de darle al blog un toque más acorde con los tiempos que corren. Entre los aspectos positivos del cambio está no tener que desesperarse pulsando continuamente la barra de desplazamiento para seguir el hilo de cualquier historia medianamente larga. Entre las desventajas, que esto me obliga a escribir un poco más, para que la entrada no parezca una birria.
En fin, creo que de todas formas el anterior era demasiado soso.
¡Bienvenido sea el lavado de cara!
En fin, creo que de todas formas el anterior era demasiado soso.
¡Bienvenido sea el lavado de cara!
domingo, 6 de junio de 2010
Mientras la ciudad duerme
Ayer sábado probé una forma de turismo ciertamente peculiar. Quizá sea una de esas cosas que solo pasan en Japón, pero últimamente las excursiones nocturnas en bus para ver los paisajes que dibujan en Tokio las fábricas una vez caída la noche ha crecido en popularidad, hasta el punto de no haber plazas disponibles si no se reserva con semanas de antelación.
Lamentablemente no tuve tiempo para elegir la mejor configuración para la cámara en este tipo de instantáneas nocturnas. Al final aprendí algo sobre el balance de blancos, gracias a mi amiga japonesa, pero ya lo he olvidado. ¡Crende, dime qué carallo tengo que hacer para sacar una buena foto nocturna, ilumíname!
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