miércoles, 19 de enero de 2011

Entrada al santuario


Aquellos que han visitado Japón se habrán encontrado en un buen número de ocasiones con los komainu (狛犬), los guardianes que velan por el bien de los santuarios y templos. Sí, valen tanto para un roto budista como para un descosido sintoísta, y se pueden encontrar en el templo más famoso (el Todaiji de Nara) y el celebérrimo santuario de Itsukushima. El origen del nombre estriba en la procedencia de estos cánidos: Corea. En concreto el antiguo reino de Goguryeo.



Aquí los vemos custodiando la entrada a un santuario. Aprovecho para recordar una vez atravesado el torii se debe caminar por los extremos del camino de acceso al santuario (参道, sandoo), ya que el centro (正中, seichuu) está reservado para las divinidades.


Ambos animales tienen apariencia de león y son prácticamente idénticos, con la sola diferencia de la posición de sus bocas. El de la derecha (agyoo, 阿形) la tiene abierta, mientras que el de la izquierda permanece cerrada (ungyoo, 吽形). ¿Qué representa esto? Para los japoneses el primero de ellos está pronunciando la primera letra del silabario (a), mientras que el segundo hace lo propio con la última: n. Esto viene a simbolizar que la protección abarca desde el principio hasta el fin. Para los budistas, representan la primera y última letra del alfabeto sánscrito: a y um. Hmm, qué curioso... ¿Qué pasará si juntamos ambas? Nos queda "aum". ¿Y qué es eso de aum? ¿Tiene algún significado?

La respuesta está ahí fuera.

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