Este fin de semana dimos un paseo con un grupo de japoneses, estadounidenses, suecos e indios (parece un chiste cutre de esos) por la zona de Mitaka y Kichijoji. En esta zona se encuentra el parque de Inokashira y el Museo Ghibli. Comenzamos desde la estación de Mitaka y caminamos por un sendero que bordeaba un riachuelo desde la estación de Mitaka.
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Durante la travesía me encontré con esta curiosa tienda sin tendero. Uno de los amigos japoneses compró tres zanahorias (que costaban en total 100 yenes, bastante baratas para Tokio) y depositó el dinero en una caja blanca. Me recordó al sistema de los periódicos en Austria, cuando los colgaban de las farolas los fines de semana y que se apoquinaban introduciendo la cantidad de monedas pertinente en una caja que hacía también las veces de candado.
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Siempre me pregunté si cualquiera de ambos sistemas triunfarían en España, con la cultura del sinpa y el morro ibérico que le solemos echar a algunas cosas. En Japón son mucho más honrados en ese sentido. Y si alguna vez se te ocurre infringir las reglas, piensa en las verduras de la siguiente foto: ellas no lo harían.
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El camino siguió su curso y nos dirigimos a la estación de Kichijoji atravesando el parque antes mencionado. El río Kanda quedaba a nuestra derecha, y en su superficie se apreciaban distintas formas: aquí tenemos a dos libélulas (トンボ, tonbo).
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Las señales en Japón son a veces muy ilustrativas, lo cual me parece todo un acierto, en mi opinión personal. Un texto largo y pesado probablemente pasará de largo, pero advertencias como estas logran captar tu atención y son, además, tremendamente entrañables. En este caso se avisa sobre los posibles peligros de los camiones exceso de carga: disminuye la maniobrabilidad, merma el rendimiento de los frenos, puede ocasionar daños en carreteras o puentes, aumenta los gases de escape, el ruido y las vibraciones ocasionadas, etc. Por no hablar de los desprendimientos.
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