Este lunes se celebró el concurso de discursos en japonés de mi escuela. A pesar de que no estaba en muy buenas condiciones cuando decidí presentarme (en diciembre pasado), ahora ya estoy en plena forma y me alegro de haberlo hecho. La verdad es que estaba completamente convencido de poder ganar, ya que me parecía que el resto de los concursantes se pondría demasiado nervioso. Hubo algunos que leyeron demasiado, pero de los demás el que más me gustó fue el de un nepalí, sobre el significado del éxito. He aquí mi intervención.
Todo hay que decirlo. Las normas estipulaban que el discurso tenía que durar menos de cinco minutos, por lo que me vi obligado a cortar dos párrafos enteros. Me parecían más interesantes que el último, por ejemplo, pero lo importante era, al fin y al cabo, practicar la oratoria ante bastantes personas (aunque menos que en la ceremonia de graduación del año pasado).
La verdad es que, a pesar de seguir siendo un paquetón, cada vez me gusta más. Cualquiera lo diría. A ver si la próxima vez sale mejor.
Me llevé el primer premio, un diccionario electrónico Brain PW-AC10 de Sharp.
Agradezco a la profesora Tatsuzawa el haber mostrado al mundo que, en realidad, no sé siquiera cómo se mete una camisa por dentro de los pantalones.
La verdad es que, a pesar de seguir siendo un paquetón, cada vez me gusta más. Cualquiera lo diría. A ver si la próxima vez sale mejor.
Me llevé el primer premio, un diccionario electrónico Brain PW-AC10 de Sharp.
Agradezco a la profesora Tatsuzawa el haber mostrado al mundo que, en realidad, no sé siquiera cómo se mete una camisa por dentro de los pantalones.
Oé, oé! Torero! La oficina de Niederrad en pleno se quita en sombrero a tu paso, campeón!
ResponderEliminarBravo!!!
ResponderEliminarEspero que hayáis activado los subtítulos y las notas, si no no tiene mucha gracia.
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