En Japón hay dos formas básicas de romper el hielo con el japonés de turno. Si nos encontramos en el país nipón durante el invierno diremos samui desu ne, mientras que si estamos allí durante la época estival, atsui desu ne es siempre un buen comienzo (atsui: caluroso / desu: ser / ne: ¿no?). Un buen japonés no deja pasar ni un día caluroso sin hacer referencia a la temperatura. Cualquier lugar es bueno: nada más llegar a la clase de japonés, al comer con los amigos, al pasear por el parque... Todo momento caluroso es un momento Suntory. En realidad es una forma lamentable de entablar conversación, porque la respuesta solo puede restringirse a confirmar el palpable calor y, de ser generosos, compararlo con días/meses/años pasados o incluso con el clima de nuestro pueblo/país/continente natal.
Una vez probado el hecho de que los italianos no pueden hablar con fluidez si les sujetan las manos, decidí investigar por mí mismo si era posible que un japonés o japonesa aguantase tan solo unas horas sin decir atsui. Así que cuando quedé con Minako el otro día le aposté a que sería incapaz de no soltar un buen atsui durante la velada. Tal y como esperaba, hubo momentos en los que se abanicaba con la mano y soltaba un suspiro que traslucía una imperiosa necesidad de pronunciar tan socorrido vocablo, pero al final acababa diciendo "imasen!" (no lo voy a decir) con convicción. La suerte estaba echada, pero aunque la empresa parecía asequible, tras la cena se reclinó en su silla y dijo:
"Uff... atsu...NOOOOOOOOOOO!"
"¡Bua ja, ja, ja, ja, ja! ¡He vencido!"
Sí, amigos, algunas ciudades de Japón son un auténtico infierno durante el estío. Cuando salgo de mi casa, estoy recién duchado y fragante, pero al llegar a la estación de tren ya estoy sudando cual gorrino o, como dice un amigo mexicano, "como una prostituta en una iglesia". Los japoneses suelen llevar a todas partes una pequeña toallita con la que secarse la frente, pero muchos de ellos han desarrollado una resistencia natural a este húmedo calor, o bien sus poros cierran por vacaciones y se niegan a transpirar. Misterios insondables.
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