miércoles, 5 de noviembre de 2008

Rumbo a Australia con una reflexión

Cuando se lean estas líneas estaré en el avión hacia el último continente que me queda por tocar, previo paso por Seúl. Un hecho meramente anecdótico, ya que me falta muchísimo por descubrir todavía en los demás. En los últimos meses he adquirido conocimientos lingüísticos y he descubierto nuevas culturas y formas de pensar. Pero también he aprendido mucho sobre la condición humana.

Séneca tenía mucha razón: Errare humanum est. El homo sapiens sapiens es la única subespecie que sobrevive hoy en día en el género de los homínidos, y también es la única capaz de tropezar dos veces con la misma piedra. Hace poco una amiga me comentaba que había perdido su fe en la humanidad. No me sorprende. El ser humano es egoísta por naturaleza, lo único que podemos hacer es tratar de reducir al máximo ese egoísmo. Lo he intentado, pero ante el sonoro fracaso de esta forma de pensar, me temo que se impone un cambio de filosofía urgente. Siempre he pensado que respondería "Yo" a la pregunta "¿Qué es lo más importante para ti?". Creo que es la respuesta lógica y menos hipócrita. Pero a veces no he actuado siguiendo ese patrón y he antepuesto los intereses de los demás. Craso error. Lo decía Kevin Spacey en la película 21: todo se va a la porra cuando uno se deja llevar por sus sentimientos. Creo que en mi vida he sido bastante cerebral, y los fallos se han producido cuando he dejado de serlo. Pero si he convertido el carpe diem en mi emblema, no ha sido en vano. He recibido reveses por todas partes, pero cada vez me levanto con más rapidez. Será porque soy más viejo, será porque he aprendido alguna lección o será porque, como reza un proverbio chino:

Si un problema tiene solución, ¿por qué te preocupas? Y si no tiene solución, ¿por qué te preocupas?

No hay comentarios:

Publicar un comentario