lunes, 1 de junio de 2009

La vuelta al Báltico en cinco días (2)

Me despedí de la entrañable pareja que me hospedaba en su acogedor y familiar hotel. Fiel a la tradición de casi todos mis interlocutores extranjeros, incurrió en el clásico error de siempre, la cruz que me acompaña dondequiera, en España y en las quimbambas.

-Bueno, pues muchas gracias por todo, ¡hasta siempre!
-De nada, hombre, ¡que lo pases bien viajando por Lituania, Cervantes!

Cerró la puerta antes de que pudiera corregirle. Hombre, al menos me sentí halagado, al confundirme con tal insigne y celebérrima pluma.

Me dirigí a Vilna, la capital por partida doble: la del propio país lituano y la de la cultura europea del año 2009, este mismo. Además de eso, es el centro geográfico de Europa. La gente me ha preguntado si es difícil arreglárselas por estos parajes, pero la verdad es que durante el viaje no tuve ningún problema, la gente joven y la de los hostales habla inglés sin problemas, y los folletos turísticos están incluso a veces en español. El itinerario básico consistía en encontrar la oficina de información turística para empaparme de contenidos sobre la ciudad en cuestión y hala, a patear. Desde la mañana hasta la noche, evitando las salidas nocturnas que poco me interesan en estos casos. Así que esto es Vilna.

Pilies Street es la calle principal del casco antiguo de Vilna, declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1994. A lo largo de esta calle se encuentran restaurantes con abundante comida local, además de pubs interesantes.

Aquí empieza precisamente la afamada calle. Esta es la espaciosa plaza del ayuntamiento, renovada recientemente para acoger a servidor como se merece.


Esta otra plaza no le va a la zaga en cuanto a dimensiones. Se trata nada más y nada menos que de la catedral, el campanario y el monumento al Gran Duque Gediminas, fundador de Vilna.

Helo aquí.

Otro de los destinos populares en Lituania es el singular castillo de Trakai, fundado probablemente en el siglo XII. Datos interesantes: es el único castillo en Europa construido sobre una isla. Vytautas el Grande (omnipresente en Kaunas y gran parte de Lituania) feneció en este castillo en el año 1430.

Este es el puente por el que se accede al castillo.

Cuando estaba cenando en un restaurante de de Vilna entablé conversación con un francés que estaba realizando un viaje similar al mío. Desconocía la existencia de Trakai, así que compartí mis conocimientos con él y fuimos juntos allí. Él fue quien sacó la foto de ahí arriba.

No podía renunciar a probar la gastronomía local, incluso en este pequeño pueblecillo. Este es el plato típico de Trakai, el kybyn, relleno de cordero y ternera. Francamente, parece una empanadilla corriente y moliente. ¡Y lo era!

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